lunes, 4 de julio de 2016

TU MUNDO

Cuando los cimientos de tu mundo comienzan a quebrarse y tambalearse, a pesar de haber invertido todo tu tiempo y esfuerzo por mantenerlos en pie, es señal de que algo no va bien. A veces las cosas no pueden ser. No puedes ocultar las grietas a base de paciencia y de echar la mirada hacia otro lado. No puedes arreglar tu universo y pensar que todo volverá a estar igual; cuando algo se derrumba es imposible reconstruirlo y que quede exactamente tal y como fue en su origen. Ya nada vuelve a ser lo que era. Resulta complicado abandonar la calidez de lo conocido. Te acostumbras a caminar por el mismo sendero cada día, a oler las mismas flores. Te acomodas a la monotonía del bienestar, o simplemente te amoldas a lo conocido. Te da miedo viajar y descubrir otros mundos, sientes que no eres lo suficientemente fuerte para construir nuevas vigas y levantar paredes. Cuando tu mundo cae por su propio peso pasas a ser un extranjero en mitad del espacio infinito; desorientado y sin hogar.

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