sábado, 8 de mayo de 2010

Soledad

Ahora la soledad me invade y no me queda más remedio que llorar, sin embargo de mis mejillas no cae ni una lágrima más ¿acaso he olvidado como llorar? ¿acaso no tengo motivos para hacerlo ya? ¿Derramé demasiadas lágrimas hace tiempo quizás? 

Sé que ya no sonrío, que mi mirada triste parece estar y que mi voz ya no recorre el aire para llegar a los demás , que no soy la misma de antes y que sólo tengo penas que contar. 
Quisiera salir a la calle, ponerme a correr y no mirar hacia atrás, no volver más a esta ciudad ni recordar lo vivido en mis dieciocho años de edad, que el pasado, pasado será y que nunca más volverá, que ya no tengo motivaciones en la vida para querer continuar, ¿acaso alguien mañana me querrá? Si espero nunca vendrá, pero si busco tampoco aparecerá. 
Camino por la acera entre las sombras de los demás, invisible para todos y visible para la soledad, la única que me comprende y me comprenderá, la que me arropa en las noches más frías con su calamidad, la que me recuerda una vez más que sigo sola esperando a que alguien me ame de verdad. Acompañada por el sonido de mis pasos llego todas las noches a mi hogar, donde mi familia me espera para cenar ¿o no?, una vez más se olvidan de que aún no había llegado y todos dormidos parecen estar, otra noche más cenando sola, bueno, junto con mi soledad, esa que siempre se acuerda de mí porque siente mi suspirar. 
Cansada de esperar a que despierten y me digan tan sólo "¿qué tal?" me empiezo a duchar, el agua hirviendo cae por mi piel sin sensibilidad, mis ojos permanecen inertes y mi corazón vacuo llora en silencio para a los que duermen no despertar. El espejo del baño se empaña y millones de gotitas que se deslizan por él van formando la palabra "soledad". Salgo de la ducha y comienzo a temblar, pero no de frío sino del miedo que tengo de encontrarme sola sin nadie con quien estar, sin caricias ni besos que dar. 
Me encierro en mi habitación y miro el reloj digital "las 11 y media una vez más" y aún sigo esperando a que alguien recuerde que existo y me de un toque nada más. 
Mientras tanto, mi cuerpo yace inmóvil en la cama, acurrucada cierro los ojos y me pongo a pensar "¿Qué he hecho en la vida que merezca la pena mencionar? ¿A quién he hecho feliz con sólo mi presencia estar?" ¡Joder! Y ahora es cuando comienzo a llorar porque al fin me doy cuenta que no hice nada por los demás, que sólo soy otro desperdicio de la sociedad, que no es que no se acuerden de mí, sino que olvidaron mi débil y triste respirar, pero los comprendo ¿quién se va a acordar de una persona que piensa primero en sí y luego en los demás? 
Así transcurre otra noche más; hablando con mis pensamientos y oyendo una voz que me susurra en la inmensa oscuridad "deja ya de luchar" . Abro los ojos y de nuevo un día más. Ni una llamada perdida , ni un saludo que dar, el mismo color de la amargura, el mismo olor de la infelicidad, la misma gente, el mismo caso ¡ninguno!, la misma mirada ante el espejo ¡vacua!, el mismo palpitar ¡lento y sin esperanza! la misma monotonía y siempre, reitero, siempre al llegar a casa la misma cara, la misma compañía, la única que me ama y que no me dejará jamás la soledad.

3 comentarios :

  1. Bueno todos hemos sufrido bachesillos...vengo de leer la otra nota creo que lo hice del revez a como pretendias que leyera es igual asi entendi mejor el cambio en ti....te quieres mas y antes
    no te valorabas y si amiga quierete que eres una neurona que piensa y eso hoy en dia es dificil de ver...1beshito

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  2. jajaja
    No pasa nada Jose, el mensaje lo has pillado, y es lo que importa :) ... ver el cambio de actitud.

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  3. Hola¡¡Melodi...tus relatos cortos buenos,me gustan,oye te hice una peticion pero no se si entro o no,me voy a suscribir para poder seguirte la contestacion,son tantos blog
    que se pierde uno en esta ventanita abierta al mundo y sus interinos,un abrazo amiga

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